JAVA(templos y volcanes)(del 21 al 24 / 8 / 2014) |
Por: Miquel À. Pérez-De-Gregorio i Capella
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El grupo frente a los tempos de Prambanan
El 21-8-2014, por la mañana, cogimos de nuevo el vuelo de la cia. Trigana con destino a Semarang, en la isla de Java. Una vez aterrizamos en el aeropuerto, nos recogió Darío, que sería nuestro guía en Yogyakarta (o Jogjakarta). Del aeropuerto a nuestro hotel en la ciudad, tenemos unos 130 Km. En Europa sería una hora y pico, pero esto es Asia, y Darío nos informa que tardaremos entre 3 y 4 horas, dependiendo del tráfico.... Por ello, le pedimos que nos pare a comer por el camino, y nos llevó a un warung, que no es otra cosa que un resturante familiar, casero, de comida indonesia. Las cartas no estaban ni siquiera en inglés, para que os hagáis una idea. Aconsejados por Darío, comimos de maravilla, y por un precio de unos 6 € por persona. Tras la comida, seguimos camino hacia nuestro hotel en Jogjakarta, el Jambuluwuk Malioboro Boutique Hotel. Se trata de un hotel moderno, cómodo y bastante tranquilo, con un buen desayuno y restaurantes. Está muy cerca del centro de la ciudad, pero la verdad, para nosotros, fue más un lugar de descanso después de las visitas. Tras la aventura de Borneo, la verdad es que sólo queríamos una cosa: una ducha !! Tras asearnos y descansar un rato, decidimos quedarnos a cenar en el lujoso restaurante del hotel, en una terraza en el piso 8º, con unas vistas espectaculares. Después de la sencillez del klotok, quizás nevesitábamos un poco de "lujo", y cenamos de maravilla. Fue la comida más "cara" de todo el viaje: unos 20 € por persona.
Imagen de la habitación de los chicos
Al día siguiente, 22 de agosto, teníamos una agenda apretada. Darío nos sugirió cambiar el plan previsto, y en lugar de ir primero a Borobudur, nos dirijimos a Prambanan, un fantástico conjunto de templos hindúes de los siglos VIII al X y perteneciente al Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1991, a 18 Km de Yogyakarta. Se trata de un conjunto de más de 200 templos que están dedicados a "Trimurti", la trinidad hindú, compuesta por los dioses Brahma (el creador), Visnú (el preservador) y Shiva (el destructor o transformador). El complejo es sencillamente espectacular, y aunque maltrecho por los sucesivos terremotos que le han afectado, conserva unos relieves y esculturas de una gran belleza. Sin duda es una visita imprescindible que, de por sí, ya merece visitar la isla de Java.
Panorámica general de los templos de Prambanan, en un día gris
Detalle de uno de los templos
Un pedacito de los centenares de bajorelieves que adornan los templos de Prambanan
El complejo de los templos visto desde los jardines que lo rodean. Como se observa, todo muy limpio y bien cuidado.
Tras la visita a Prambanan, que se hizo muy agradable al estar nublado, y por tanto, con menos calor de lo habitual, compramos un refresco y de nuevo a la furgoneta para regresar a la ciudad. Yogyakarta es la capital del departamento del mismo nombre, en Java central, y cuenta con unos 650.000 habitantes. Se trata de una ciudad que sirve de centro cultural y tradicional por los monumentos que alberga, sobre todo en sus alrededores. Entre el siglo XVIII y la indepencia de Indonesia, en 1945, Yogyakarta fue un importante sultanato, por lo que una de las visitas obligadas es el Kraton o Palacio del Sultán, así como el llamado Taman Sari o Castillo del agua, que era el "spa" de la época, donde el sultán y sus concubinas se relajaban en sus suntuosas piscinas, y en el que destacan sus fabulosas puertas, con numerosos detalles y filigranas.
Un funcionario del Palacio "canta" en voz alta pasajes del Corán...
Detalle del artesonado y una lámpara del Palacio del Sultán
Dos de los funcionarios públicos que custodian el Palacio. Su misión antiguamente era el salvaguardar la vida del sultán y sus familiares, y por ello, aún hoy y en día, van armados con una daga javanesa
Dentro de una de las salas del Palacio con un grupo de estudiantes de la isla de Sumatra. Para ellos, fotografiarse con un europeo, es algo de lo más exótico. Así que fue algo que se repitió en varios lugares de Indonesia, siempre con amabilidad y una sonrisa en sus labios
Imagen de la piscina principal del Castillo del Agua
Detalle de la puerta oeste del Castillo del Agua
Tras la visita al Palacio del Sultán y al Castillo del Agua, nos llevaron al "mercado de los pájaros", pero como nuestra filosofía está totalmente en contra de dichas prácticas (en España, la gran mayoría de los animales que se vendían constituirían un flagrante delito), he decidido no escribir sobre dicha visita, y recomendar a todo el que lea esta crónica, que rehuya dicha visita. Al mediodía, fuimos a comer a un restaurante de la zona, pero ya de camino a nuestro destino: Borobudur. La comida fue como siempre muy buena y barata, en esta ocasión, buffet libre, con lo que pudimos probar varias especialidades, como el clásico nasi goreng (arroz frito), u otros platos como el miai goreng (fideos), el ayam goreng (pollo frito rebozado), la soto ayam (sopa de pollo), bakmoy (tofu guisado con pollo y huevo), etc., etc... Después de la comida, tocaba una visita impresionante: el templo de Borobudur, del s. IX, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1982). Se halla a unos 40 Km de Yogyakarta, y es el monumento budista más grande del mundo. Consta de seis plataformas rectangulares, coronadas por otras tres circulares, con 2.672 paneles de relieves y 504 estatuas de Buda. Es el monumento más visitado de toda Indonesia.
El grupo a la entrada del complejo monumental de Borobudur
Anna y yo en la 2a. plataforma circular, con las estupas
Con una familia javanesa
Un detalle de una de las estatuas de Buda que se hallan en el interior de las estupas
Uno de los pasillos laterales, cargados de relieves
Después de esta magnífica visita, y antes de regresar a Yogyakarta, hicimos una parada para probar el famoso kopi luwak, o café de civeta, considerado el café más caro del mundo, llegando su precio a los 400 € / Kg. Las frutas rojas del café son ingeridas por las civetas. El grano no es digerido, pero al parecer, sí que se modifica químicamente por las enzimas del estómago de estos mamíferos, añadiendo sabor al café, y rompiendo las proteínas que producen su amargor. Los granos son exretados aún cubiertos por las capas internas del fruto. Después son lavados y tostados ligeramente, para no perder los complejos aromas que se han desarrollado durante el proceso. La verdad es que es un café exquisito, y aún sin azúcar, no resulta amargo. Por supuesto que, además de probarlo, compramos un poco.
La imagen muestra la evolución de los granos de café de civeta, durante el proceso de manufacturado, desde que sale de los excrementos del animal, hasta que es apto para su consumo
Detalle de una civeta de palmera (Paradoxurus hermaphroditus)
Probando el café con Darío, nuestro guía en Java central
Esa noche, como estábamos cansados, tomamos un bocadillo en el hotel. A la mañana siguiente, 23 de agosto, nos recogió temprano Darío para llevarnos a la estación de tren, ya que salíamos a las 7 de la mañana hacia Surabaya, en un trayecto en tren de unas 4 horas y media. Nos despedimos y al tren ! Un tren moderno, cómodo, con un sólo problema: el frío debido al aire acondicionado !!! De vez en cuando, pasaban empleados con comida, bebida, etc. Entre el paisaje y dormir un rato, se pasó bastante rápido.
Imagen del tren que nos llevó a Surabaya
Ya en Surabaya, nos recogió un chofer y nos llevó hacia nuestro lodge, en el área de Probolingo. Surabaya es una ciudad portuaria del norte de Java, capital de la provincia de Java Oriental, y con unos 3,5 millones de habitantes. Por ello, sólo el atravesarla es toda una odisea, y nuestro trayecto será de más de tres horas. De camino, pedimos a nuestro chófer que nos lleve a comer, y vamos a un moderno warung. Es sábado, y hay familias comiendo. Somos los únicos turistas del restaurante. Como siempre, todo genial, buenísimo y muy barato. Seguimos viaje, y en cuanto podemos alejarnos de la ciudad, empiezan las carreteras secundarias, y al poco rato, empezamos a subir, subir y subir...... Parece que vayamos a ascender al cielo ! Al final, casi al anochecer, llegamos al fantástico Java Banana Lodge. El lodge está a prácticamente 2.000 metros sobre el nivel del mar, y es sencillamente, precioso. Evidentemente, es más caro que el resto de alojamientos de la zona, pero como sólo íbamos a estar esa noche, nos pareció asumible. La verdad, no nos equivocamos. Después de tanto tren y coche, encontrar un alojamiento así, es una delicia: cafatería, galería de arte, jardines.... La cena y el desayuno allí fueron geniales. Nos dieron una habitación familiar, con comedor y dos habitaciones.
Un rincón del Java Banana Lodge
Detalle del salón-comedor
La habitación de los chicos
El 24 de agosto empezó muy pronto. A las 3 de la mañana nos levantábamos y a las 3'15 h. subíamos a un Toyota Land Cruiser J40 de los años 70. El nuestro era de color amarillo vivo. Salimos super-abrigados del lodge en dirección al mirador de Penanjakan (a 2.770 m s/m), para observar la salida del Sol. La ruta desde el lodge al mirador, es algo increíble. Son casi 800 metros de desnivel, y desde luego, imposibles de hacer sin un 4 x 4. Suerte que al ser de noche, uno no tiene esa sensación casi de pánico por realizar esa subida. Mis recuerdos en aquellos momentos fueron para amigos que disfrutan con los todoterreno, porque aquello era para gritar de emoción. Al poco de salir, nos encontramos un primer atasco, y más tarde, otro, y otro, y otro..... A pesar de la hora, es domingo, y nuestra idea la han tenido cientos de personas..... La salida del Sol es algo simbólico en muchos países orientales, y sobre todo para parejas jóvenes, de novios. Total, que como se veía venir, nuestro chófer, que chapurrea el inglés, nos dice: sorry ! no more.... Le preguntamos que cuánto queda, y nos dice que unos 3 Km. A todo esto, miro el reloj y veo que, o nos espavilamos, o no vemos nada... Me dice que aparcará donde pueda (aquello era un caos total) y que miremos de recordar el coche (y es que, todos van en Toyota Land Cruiser J40 de los 70'). Al menos, me da la sensación de que, de color amarillo, hay menos. Bajamos del jeep, y nos dice que, si queremos, hay gente que, por un precio, nos llevará en moto. Declinamos y decidimos subir a pie. La aventura es impresionante. Totalmente de noche, con un frío que pelaba, nos disponemos a sortear gente, motos, jeeps, etc., todo ello a oscuras, con bastante frío, y a 2.500 metros de altura ! Vamos todo lo rápido posible, pero a esa altitud, cuesta respirar. Cuando creo que hemos llegado, aún faltan unas escaleras, y un chico muy amable nos dice que el mirador de Penanjakan, está allí mismo. Son las 5 de la mañana, y empieza a clarear poco a poco. Llegamos a la cima, y nos damos cuenta que centenares de personas han tenido la misma idea. Ni siquiera podemos vislumbrar la valla del mirador. Aquello era una locura. Les digo a los chicos que hagan lo que puedan, y entre empujones logro situarme en un sitio, haciendo valer mi 1,82 m de altura, que aumento de puntillas. Medio veo algo, pero Anna, ni soñando..... Poco a poco parece que el Sol va a salir, pero el espectáculo está en la gente misma. A la derecha de la salida del Sol, es donde está lo bueno: el valle del Bromo, con el fantástico paisaje que ofrecen tres de los picos más conocidos del Parque Nacional Bromo Tengger Semeru: El Semeru, el Bromo y el Batok. Inolvidable !
Excelente imagen captada por Oriol, que refleja la excitación por el momento, la aglomeración de gente, la profusión de selfies, de esa mañana de domingo en Penanjakan. Había europeos, pero éramos los menos. Cientos de chicos y chicas indonesios, malayos, chinos, japoneses. coreanos..., se dieron cita allí ese día.
Al final, con un poco de "lucha", Oriol consiguió captar la salida del Sol
Imagen de Miquel jr. que capta perfectamente el momento. Sí, es agosto y es Asia, pero estábamos a casi 3.000 m de altitud
Una imagen que demuestra que bien valió la pena esperar, y aguantar apretujones y empujones. La salida del Sol dejó a la vista, en un mar de nubes, las cumbres del Batok (en primer plano), de 2.470 m s/m, el Bromo (en segundo plano), de 2.329 m s/m, y que tuvo su última erupción en 2011, y al fondo, el Semeru (en plena actividad, como se observa en la imagen), de 3.676 m s/m, y montaña más alta de Java
Un poco más tarde, desde otra perspectiva, también muy bella
A pesar de la belleza del paisaje, reparo en que si ha costado tanto lelgar allí, la vuelta, con todos los coches intentado bajar por la única y estrecha carretera a la vez, puede ser más que caótica. Así que convenzo a la familia y empezamos el camino de vuelta, intentando que las motos y los 4 x 4 no nos atropellen !! Al ser ya de día (sobre las 6'30 h.), uno se da cuenta del camino que hizo antes, a oscuras, y no puede menos que decir aquello de...... tela ! Poco a poco vamos bajando y llegamos a nuestro Toyota, que logramos identificar. Una parada rápida para ver la panorámica de la última foto, y llegamos al valle del Parque Nacional, en donde hay una niebla mezclada con vapores, que hace que parezca que volvamos a estar de noche... Nuestro chofer se cubre nariz y boca con un pañuelo. Dice que es por el azufre, pero la verdad es que se respira bien, y quizás nosotros, al ser de Girona y haber sufrido años los olores de la fábrica de papel Torras, ya estamos acostumbrados a esos aromas..... Llegamos a un punto donde las cenizas volcánicas no permiten seguir mucho más, ni siquiera a un Toyota Land Cruiser del 78, y una vez más, memorizamos el lugar y nos disponemos a alcanzar la cima del Bromo. ¿Cuánto hay? preguntamos, y nuestro chofer dice que unos 2 o 2,5 Km. Eso sí, nos advierte que andar por la ceniza es cansado, y que hay gente que te ofrece llevarte a caballo por dinero. Decidimos ir a pie (no sé por qué ese día estábamos tan valientes, si tan siquiera habíamos desayunado !!), y emprendemos el camino. Al poco entendemos el consejo del chofer. La subida es brutal, y al final, hay una escalera con 200 escalones, más que empinados, sin olvidar que hay vapores y que estamos a más de 2.000 metros de altitud. Además, el esfuerzo de madrugada se nota, y llego a pensar que no podré subir.... Oriol me anima con aquello de "venga, que tu puedes", y ante ello uno tiende a demostrale a su hijo que aún se es joven.... Para más inri, en una de las paradas para respirar, obervo que Anna y Miquel jr. no pueden más y contratan un caballo para subir hasta el pie de las escaleras. Eso, quizás, me espoleó más, y decidí conseguirlo. Poco a poco, sufriendo de lo lindo, logré superar todo y llegar al cráter. Buf !! Realmente valió la pena !!!!
Aspecto de la larga ristra de 4 x 4 aparcados a ambos lados de la carretera, para que veais que no exagero un pelo......
Un jinete ofrece sus servicios en el valle del Bromo, entre la bruma mezclada con las emanaciones del volcán
Un aspecto de la costosa y empinada subida a la base de las escaleras que ascienden al crater del volcán Bromo. Visto así, hay que ponerle arrestos para subir hasta arriba, aunque vale la pena.....
Algunos no tuvieron fuerzas para subir a pie........
Una bella imagen conseguida por Miquel jr. en la subida al crater
Conseguido !!!!
Oriol al borde mismo del crater del Bromo, en plena actividad de fumarolas (en las paredes se observa mineral de azufre)
La impresionante y empinada escalera de descenso del crater
Oriol y yo posando frente al volcán Batok (2.470 m s/m)
Nuestro Toyota Land Cruiser J40 a la llegada al Java Banana Lodge
A partir de aquí, regreso al Java Banana Lodge, en donde sobre las 9 nos esperaba un desayuno delicioso. Tras el desayuno, viaje de regreso a Surabaya, que fue más rápido ya que, al ser domingo, hubo menos tráfico. En el aeropuerto de Surabaya, tuvimos tiempo de sobras de comer, pasear y descansar. Nos esperaban 6 días en la isla de Bali, la etapa más larga del viaje.
En esta crónica, además de esta etapa, podréis encontrar el siguiente contenido:
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