BIDADARI ISLAND(Angel Island)(del 30 / 8 al 2 / 9 / 2014) |
Por: Miquel À. Pérez-De-Gregorio i Capella
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Anna posando en la maravillosa playa del Angel Island Resort
El 30-8-2014, a primera hora de la tarde, tras la aventura en el P. N. de Komodo, llegamos a nuestra última etapa en Indonesia. Tras varios días de aventura, caminatas, madrugones, vuelos, trenes, coches, etc., tocaba un final de auténtico lujo, de relax total. El colofón del viaje. Nuestra elección, después de pensarlo mucho ya en febrero, fue este pequeño y acogedor hotel: Angel Island Resort, o Bidadari Island, como se llama en indonesio. Desde Kate, su gerente, a todo el personal, hicieron todo lo posible para que pasásemos unos días maravillosos. Fueron sólo tres noches, y ojalá hubieran sido más. Aquí está su página de facebook. Y eso que no todo salió perfecto..... Tras la primera noche fantástica, mis ansias de disfrutar de esos últimos días en Indonesia, hizo que me despertara temprano, y a penas salir el Sol, me fui sólo a dar una vuelta por la isla. Me llevé el equipo reflex, con el 80-400 mm. Atravesé la playa privada, y al final de la parte derecha de la misma, descubrí un camino. Lo seguí, y me llevó hasta la playa del otro lado (Sabolon beach), donde se suele ir a ver las puestas de Sol. Al llegar alí, la quietud era inmesa y la belleza de la mañana recién estrenada, sobrecogedora. A la izquiera de la playa, sobre unas rocas, vi un precioso ejemplar de garza de la especie Ardea sumatrana. Le hice algunas fotos, pero quise acercarme más. Entonces, cometí un error fatal. Me subí en una roca a pesar de que estaba muy resbaladiza. Yo iba con sandalias de esas ajustadas con velcro, pero que llevas los dedos al aire libre. Patiné, y me arrodillé para no caerme. Me levanté para ir hacia la arena, puse los pies en el suelo, y al mirar para abajo, descubro horrorizado que la uña del dedo gordo de mi pie izquierdo, está totalmente levantada y en posición de 75 º, y me está saliendo sangre. No os podéis imaginar todo lo que pasó por mi cabeza. Curiosamente, no me dolía, però en seguida empecé a pensar en que se me habían acabado las vacaciones, sin apenas haber podido disfrutar de ese paraiso, y rompí a llorar de rabia, que no de dolor. Intenté calmarme. Estaba sólo y lejos de la habitación, sin teléfono ni nada con que avisar a nadie. Estaba claro que de aquella situación tenía que salir yo solo. Poco a poco, y mirando de no mancharme de arena, conseguí llegar a mi habitación. Aún no sé muy bien cómo lo hice. Supongo que la adrenalina actuó. Tras darle el susto a Anna, fuimos a la recepción, y allí todo eran caras de espanto. Yo iba diciendo que no pasaba nada, que no me dolía, pero la gente no se atrevía ni a mirar. La instructora de buceo y su compañero, me ayudaron con yodo y desinfectante, pero estaba claro que aquello necesitaba de asistencia médica. A partir de aquí, Kate se puso en marcha y pidió una lancha. Mientras tanto, decidimos desayunar porque no sabíamos cuánto iba tardar la cosa. Una vez listos, el esfuerzo para ir a la playa pública y subir a la lancha. Después, 40 minutos por mar hasta el puerto de Labuan Bajo. De ahí, desembarcar, subir a un taxi, y directos al hospital local. Una vez allí, me atendieron una administrativa, dos enfermeras y un médico joven. No os podéis imaginar lo que le pasa a uno por la cabeza cuando está así y le llevan a un hospital en Komodo..... Por ello, como soy hipertenso, estaba por las nubes. No diré cómo, porque no quiero asustar a nadie.... Me pidieron que me tumbase en una habitación y me calmase todo lo posible, y me iban mirando la tensión arterial regularmente. Como aquello no bajaba (no es fácil en esa situación, y tampoco hablo mucho inglés), pedí que me dieran una pastilla y al fin me equilibré un poco, lo suficiente para recibir la anestesia y que el doctor me acabara de arrancar la uña, me limpiara, me vendara, y me dijera que intentase mantener aquello seco lo que pudiese. En total, más de tres horas en aquél hospital. He de decir que, aunque era un hospital sencillo y rudimentario, estaba muy limpio y todo el mundo se portó de maravilla conmigo, especialmente el doctor. Su buen hacer y delicadeza con algo tan doloroso, es una cosa que nunca olvidaré. Como tampoco olvidaré sus últimas palabras: "no swim". Os imagináis después de un año esperando bañarme en esas aguas del Indico no poder hacerlo ahora ??? La verdad es que me derprimí bastante, y el resto de ese día, fue penoso.... Por suerte, Anna, siempre a mi lado, me sugirió que hablase con algún médico en Girona, y me comuniqué por wassapp con mi amigo Josep Ma. Figuerola, el cual me dijo que si tenía un guante de látex, no dejase escapar la ocasión. Gracias a ello, me cambió la cara, y el 1 de septiembre fue un día fantástico para mi. No sin penas, pude bucear en el fantástico arrecife del Angel Island resort, hacer fotos, y en definitiva, disfrutar de ese paraíso. Una horita por la mañana, otra por la tarde, y otra el día 2, antes de irnos de allí. Gracias a todos los que me ayudaron y me atendieron. El hotel se portó de maravilla, y a pesar de que yo fui el único culpable de mi lesión, no nos cobraron nada por la lancha y el taxi. GRACIAS !!! Contada la "aventura", he de deciros que el Angel Island resort es una maravilla. Sólo tiene diez villas, preciosas, con terraza y baño al aire libre. Las habitaciones son muy amplias y con todas las comodidades: secador de pelo, aire acondicionado, depósito de agua fría, máquina de café & té, albornoces, zapatillas, paraguas, toallas de playa, televisor con DVD, pero sólo para ver vídeos y películas. El comedor, en plena playa, es una delicia, con todas las bebidas incluídas (salvo el alcohol), y a todas horas, sin coste, al igual que los kayak y el equipo de snorkeling. Todas las comidas son a la carta, con una variedad de platos increíble, tanto de cocina indonesia, como europea y oriental, y todo riquísimo. Hay tres playas: la de mi accidente, la pública, y la maravillosa playa privada, solitaria, tranquila, y con un arrecife fantástico a escasos metros de la orilla. Alrededor de cada villa, hay una vegetación exhuberante, con muchos pájaros de todo tipo, mariposas y otros insectos. Una isla desierta pero con un nivel de cinco estrellas. Qué más se puede pedir ? El paraíso !! A pesar de mi percance, es uno de los mejores recuerdos que guardo de nuestro viaje, y espero poder volver algún día. Para que veais que no exagero nada, os dejo unas cuantas imágenes del Angel Island Resort
Imagen de una de las "cabañas", concretamente la de los chicos, enfrente de la nuestra
Detalle de la fantástica habitación
La terraza de nuestro bungalow
El baño al aire libre, era sin duda uno de los puntos fuertes de la habitación
Último desayuno en el Angel Island resort, en su cómodo y precioso comedor
La playa principal de Bidadari, desde el comedor
Esta ave fue la "culpable" de mi accidente, la garza de Sumatra (Ardea sumatrana)
El oriental de ojos blancos (Zosterops palpebrosus), es quizás el pájaro más común de la isla
Las espectaculares suimangas de espalda olivácea (Cinnyris jugularis), abundan en los jardines del resort
Una ave que disfrutamos bastante en la isla: el alción acorallado (Todiramphus chloris)
Imagen de una mariposa monarca (Danaus genutia partita)
Miquel jr. disfrutando con uno de los kayak gratuitos del Angel Island resort
Los baby sharks raramente se dejan fotografiar bajo el agua, así que Oriol lo captó en la orilla (Carcharinus melanopterus)
El pez mariposa narigudo (Chelmon rostratus).
Una pareja de damiselas azules (Pomacentrus coelestis)
Un gran pez aguja surca el arrecife (Ablennes hians)
Un pez puercoespín (Diodon liturosus)
A poca profundidad, pudimos ver varios ejemplares de este nudibranquio (Phyllidia varicosa)
Este otro, más raro y pequeño, es de la especie Phyllidiella pustulosa
Detalle de un pez payaso de la especie Amphiprion ocellaris
Un precioso pez mariposa de la especie Chaetodon capistratus
Un grupo de ídolos morunos (Zanclus cornutus)
Una raya moteada (Taeniura lymma) entre un grupo de peces sargentos mayores (Abudefduf vaigiensis)
Uno de los muchos peces mariposa del arrecife (Chaetodon lunulatus)
Un pez de buen tamaño es esta "vieja" (Choerodon anchorago)
Un detalle de la fantástica playa del Angel Island resort
El dos de septiembre, casi aún con la sal y la arena sobre el cuerpo, salimos de Angel Island en lancha. De ahí, al aeropuerto de Labuan Bajo en taxi. De ahí, con la cia Garuda a Denpasar, y por los pelos, al otro avión de Garuda hacia Yakarta. En el aeropuerto de la capital, unas 3-4 horas hasta tomar el vuelo de Qatar airways hasta Doha. Ya de día, unas horas en Doha hasta tomar el vuelo hasta Barcelona. Recoger el coche, y 100 km hasta casa, en Girona. En total, entre salir de Angel Island y meter la llave en la puerta de casa, algo más de 30 horas, y yo con el pie como lo tenía..... Pero bueno, ahora ha pasado el tiempo y sólo sé que ha sido uno de los mejores viajes que hemos hecho nunca.
Teniendo en cuenta lo que nos queda por ver de este inmenso país insular....... VOLVEREMOS !!
En esta crónica, además de esta etapa, podréis encontrar el siguiente contenido:
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