VIAJE A MALDIVAS

Reethi Beach

(Fonimagoodhoo, Baa Atoll)

 

(7 al 12 de agosto de 2007)

 

 


 

 

 

Por: Miquel À. Pérez-De-Gregorio i Capella

miquelpg@gmail.com

 

 

Puesta de Sol desde la playa del Reethi Beach

 

 

Los pasados días 7 al 12 de agosto de 2007, tras nuestra ruta por Sri Lanka, realizamos un sueño que teníamos pendiente: volver a Maldivas con nuestros hijos. La anterior vez fue en agosto de 1995. En aquel entonces, fui con mi mujer, mi hermana y mis padres. Mi hijo mayor, Miquel À., que tenía 4 añitos, se quedó en casa, con mis suegros, y mi hijo Oriol, aún no había nacido. Recuerdo que en el avión de vuelta, no hacía más que soñar con volver allí, para enseñarle a mi hijo el auténtico paraíso. He viajado mucho, por casi todo el mundo, y no he visto nada como Maldivas. Bien, el tiempo pasó y mi hijo crecía, y nació Oriol. El año pasado, cumplí mi sueño de llevarlos a Kenya, y este verano tocaba Maldivas. En esta ocasión, me moví pronto, ya en febrero, buscando información para escoger una isla-hotel que colmara esos sueños. Al final, la elección fue el Reethi Beach, un acierto total, que no hubiera sido tal, sin la inestimable ayuda de un foro muy simpático e imprescindible para preparar cualquier viaje a Maldivas. Me refiero al Foro de Maldivas, a los que saludo desde estas líneas, agradeciendo públicamente a todos los amigos y amigas que me proporcionaron una información muy valiosa. ¿Repetir Maldivas? Pues sí. Maldivas es un lugar al que siempre volvería. En esta ocasión, fuimos con nuestros amigos Santi Baone y Carme Masgrau, y con sus dos hijos Paula y Sergi. Este año, escogimos la agencia de viajes Mittelmeer, de Girona, y la verdad es que fue muy bien. Del todo recomendable. La mayorista fue Kuoni, toda una especialista en esta zona del Mundo.

La República de las Maldivas es un país situado en el Océano Índico al sudoeste de Sri Lanka y la India, al sur de Asia, constituido por 1.196 islas, de las cuales 203 están habitadas, localizadas alrededor de 450 km al sur de la península de Deccan. Están agrupadas en 26 atolones. Posee un clima tropical y húmedo con una precipitación aproximada de 2000 mm al año. El islam es la religión predominante. Es el país menos poblado de Asia y el menos poblado entre los países musulmanes. Maldivas vivía tradicionalmente de la pesca, pero en la actualidad, el turismo se ha convertido en el motor más importante del país. El Reethi Beach está en la isla de Fonimagoodhoo, en el atolón de Baa. El Atolón Baa está ubicado en el oeste de la serie de atolones de las Maldivas. Consiste en 75 islas de las cuales 13 están habitadas con una población de unas 12,000 personas; se encuentra entre las latitudes 5° 23' N y 4° 49' N. Las restantes 57 islas están inhabitadas. El atolon Baa es también considerado como un ejemplo de una rica biodiversidad hallada en las Maldivas, incluyendo extensos manglares y una diversidad única, como la fauna béntica. Además, la forma anillada de los arrecifes es conocida como faroes, en el atolón Baa tiene un arrecife con una estructura única en las Maldivas.

Desde el avión de Colombo a Male, ya se divisan los atolones

 

La elección del Reethi Beach se basó en la fama de su arrecife (house reef), en que se llega por hidroavión, lo cual ya constituye en sí mismo una aventura, y en la relación calidad-precio. Creo poder afirmar que es el mejor cuatro estrellas de Maldivas, por servicio, instalaciones, ubicación y por su magnífico arrecife. Por cierto, que reethi significa bello.

Plano del Reethi Beach

 

Antes de nada, deciros que hice cerca de 1.300 fotos submarinas, por lo que se hace extremadamente difícil la elecció de las fotos, cosa que he hecho siguiendo un criterio de calidad, pero también de representatividad de las especies.

Bien, la cosa empezó el 7 de agosto, aunque he de decir que el 31 de julio, cuando íbamos de Londres a Colombo, hicimos una escala en Male, por lo que pudimos vislumbrar las islas esmeraldas desde el cielo. Tras la ruta cingalesa, con el vuelo de la Sri Lankan Airlines llegábamos a Male el 7 de agosto sobre las 12 hora local. Nos esperaba el representante de Kuoni, muy eficiente, que se quedó con nuestros billetes de regreso y nos dijo: “ustedes sólo disfruten”, y nos llevó a la furgo que nos llevaría a los hidros. Qué nervios ! Recuerdo que Oriol ya vio por la ventana algún pez en las aguas que rodean al aeropuerto. Tuvimos un poco de retraso, que unido a las ganas de llegar al Reethi, nos sumió en la desesperación… Por fin llegó el momento. Cogí ventanilla. Qué pasada ! Por mucho que te cuenten o que veas en fotos, nada es comparable con ese vuelo. Una tras otras van apareciendo esas gemas, esas esmeraldas increíbles. Sobrevolamos esas maravillas durante una media hora, más o menos, hasta que alguien gritó: “el Reethi !!”. En pocos momentos, con suavidad exquisita, amerizamos y el dhoni del Reethi nos llevó a la recepción.

A punto de coger el hidroavión para el Reethi

 

Desde el aire, se divisan auténticas "gemas".

 

El Reethi Beach desde el hidroavión, poco antes de aterrizar

 

A partir de ahí, a desempolvar mi oxidado inglés. Tras disfrutar de un agua de coco fría, que me supo a maravilla, nos fuimos a las habitaciones. Lo primero que me sorprendió del Reethi fue su naturalidad y su exquisita sencillez. No es un lugar lujoso, pero es un lugar totalmente auténtico, con una vegetación autóctona y no un jardin artificial, como yo recordaba del laguna. Nos acompañó una chica alemana, muy simpática, que nos fue enseñando todo, hasta que llegamos a nuestra water villas, a nuestros OW. Qué maravilla. Recuerdo que salí a la terraza y miré debajo. Mi hijo Oriol alucinaba. Justo abajo había unos preciosos peces papagayo que se veían tan bien que no hacía falta gafas. Oriol les tiró unas galletas desmenuzadas y, en segundos, el agua se llenó de peces de colores ! Casi sin tiempo para más, llegó la hora de dar de comer a las rayas y tiburones. Fuimos al jeti y el show había empezado. Hasta tres tiburones guitarra a menos de un metro de nosotros. Oriol seguía alucinando, y todos ! Luego, la puesta de Sol, nuestra primera cena y a pensar en el snorkeling del día siguiente.

El jetty principal, desde la recepción

 

La habitación de de nuestro Over Water, la 221

 

Miquel nadando debajo de las water villas, visto a través de la ventana del suelo común

 

Un precioso tiburón guitarra (Rhynchobatus djiddensis), secundado por varias rémoras (Echeneis naucrates)

 

El empleado del Reethi que, cada día, a las 18 h., alimenta a rayas y tiburones

 

Vista general de los over waters, conocidos en este resort como water villas

 

He de decir que nuestros días en el Reethi Beach se pasaron volando. Las habitaciones, el entorno, la comida, el servicio, todo perfecto. En cuanto a las comidas, no fuimos ningún día fuera del buffet, ya que nos pareció todo buenísimo y muy completo y variado, incluso la noche de la cocina indo-cingalesa. Todo muy rico. Y qué decir de los OW. Estupendos. Eso sí, te haces un hartón de andar, pero eso es ideal para bajar las comilonas, je, je, je. Desde el primer día, dejé los zapatos en la habitación. De hecho, mi mujer tuvo que pegarme bronca, porque si no, aún hoy iría descalzo je, je, je. Tampoco hicimos excursiones. Lo del número mínimo de 10 es un handicap, pero la verdad es que sin “hacer nada”, ya se pasa el tiempo volando.

Un aspecto de la fabulosa playa del Reethi Beach

 

El paraíso está bajo el agua. El 8 de agosto a las 10 h., hice mi primer safari por el house reef del Reethi. Im-pre-sio-nan-te !!!!!! Entré en el agua con mi amigo Santi. Llevábamos meses soñando con ello, pero la realidad superó todo lo esperado. Dios mío, qué diversidad de vida ! Al poco de entrar en el agua, una tortuga. Quién quiere más !! Los nervios hicieron que las primeras fotos no fueran nada del otro mundo. No sabía a qué apuntar. Había cientos de peces, corales, medusas, estrellas,….. Estuvimos una hora y salimos a descansar un rato. A eso de las 12’30, otra vez pa’ dentro. En esta ocasión nos acompañaron las chicas, pero al primer bicho grande, se volvieron para atrás. A esa hora la corriente era más fuerte. El que sí que vino fue Oriol. Aguantó más de media hora, y cuando vio la caída vertical, alucinaba. Poco después, nos cruzó cerca de la orilla un tiburón de dos metros de largo. Oriol, en vez de asustarse, se puso a seguirlo. Nunca lo olvidará. Santi y Oriol salieron, pero yo me quedé hasta que los calambres me hicieron salir. Luego, antes de comer, me tumbé en la terracita del OW a tomar el Sol, con la privacidad total que tiene. He de decir que una de las cosas que más me llamó la atención es que el agua está fresquita y muy agradable. Tras la comida y un poco de siesta, otra vez para el agua, hasta que el Sol se puso. El resto de días mi plan era: salida del Sol, desayuno, snorkeling, comida, siesta, snorkeling, puesta de sol, cena y a dormir. Ja, ja, ja. Me pasaba horas en el agua. Tengo ampollas de las aletas y un oído hecho polvo, pero ahora aún me arrepiento de no haber estado más allí abajo. Una tarde llegué a estar dos horas seguidas. La mejor hora es entre las 7’30 y las 9’30 h., y entre las 17’30 y las 19’30 h., justo a la puesta del Sol, pero como me dijo el chico alemán que llega el dive center, all the day is good ! Qué razón tenía !

 

La belleza del arrecife te deja boquiabierto. En la imagen un grupo de Pseudanthias evansi.

Los naranjas son de la especie Anthias squamipinnis.

El negro es un pez ballesta indio (Melichthys indicus)

 

El encuentro con la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) fue algo inolvidable

 

El cirujano azul (Acanthurus leucosternon), es uno de los peces más característicos de Maldivas

 

El encuentro, aunque algo lejano, con un tiburón de dos metros (Triaenodon obesus)

 

Anna y Oriol en la terraza de nuestra water villa, con una vista impresionante

 

El Reethi Beach está rodeado de islas desiertas. En un primer plano se ve el arrecife, tan cercano.

 

Un grupo de Anthias squamipinnis.

 

Un gran pez aguja (Hyporhamphus sp.) nada en la superficie del arrecife.

 

El precioso pez ballesta payaso (Balistoides conspiculum)

 

Un grupo de voraces carángidos (Caranx melampygus)

 

Un pez cirujano alargado (Acanthurus mata), en el límite con la caída vertical del reef

 

Una pareja de peces unicornios naranjas (Naso lituratus)

 

Un precioso ejemplar de pez cirujano de lunares (Zebrasoma veliferum)

 

Un precioso pez cirujano rallado (Acanthurus lineatus)

 

Anna y Oriol en el camino principal del Reethi Beach

 

Una de las especies de lagartos que viven en la isla

 

En el Reethi pueden verse zorros voladores como este

 

Un ejemplar de Pomacentrus indicus con coral flexuoso verde

 

Una pareja de peces conejo de ojos negros (Sugamus puelloides)

 

Un llamativo erizo de mar

 

Un plumero de mar rojo

 

Pez mariposa de nariz larga (Forcipiger longirostris)

 

Las water villas vistas desde el camino principal

 

Puesta de Sol desde la pasarela de las water villas

 

La noche cae sobre las water villas

 

Antes de dormir, los chicos se echaban una partidita, en la sala de juegos con el suelo de arena

 

Un hidroavión se acerca al Reethi al amanecer

 

Coral cerebro con almeja gigante

 

Pez cofre moteado (Arothron nigropunctatus)

 

Pez cofre amarillo (Ostracion cubicus)

 

Pez cofre de lunares (Arothron meleagris)

 

El más pequeño de la familia, de apenas 7 cm (Canthigaster valentini)

 

Un ejemplar de pez puercoespín (Diodon liturosus)

 

Una estrella de mar

 

Una pareja de peces mariposa moteados (Chaetodon guttatissimus)

 

Pez mariposa cariamarillo (Chaetodon xanthocephalus)

 

Un par de ejemplares de pez mariposa de boca roja (Chaetodon trifasciatus)

 

Dos ejemplares de pez mariposa de collar (Chaetodon collare)

 

Pez mariposa (Chaetodon kleinii)

 

Dos peces mariposa de silla de montar (Chaetodon falcula), atacando a una gran medusa varada

 

Un gran ejemplar de pulpo

 

Un dhoni, el barco tradicional de Maldivas, en el Reethi Beach

 

Anna en la entrada del Coconut Spa

 

Un ejemplar de baby shark, que sólo se dejó fotografiar desde fuera del agua

 

El Modhu bar, es un restaurante a la carta del Reethi Beach, que se halla sobre el agua

 

Un coral flexuoso blanco grisáceo

 

Un precioso lábrido (Halichoeres sp.)

 

Pez papagayo (Scarus sp.)

 

Pez papagayo bicolor (Cetoscarus bicolor)

 

Una hembra de pez papagayo bicolor (Cetoscarus bicolor)

 

Un pez papagayo rosado (Scarus sp.)

 

Otro pez papagayo (Scarus sp.)

 

Pez papagayo (Scarus rubroviolaceus)

 

Un ejempalr de medusa que medía un metro de diámetro.

 

Oriol en la playa del Reethi, con el Modhu bar al fondo

 

Un ejemplar de raya leopardo (Taeniura melanospila)

 

Oriol pudo al fin tocar a "su amiga" la raya

 

Un coral lila con damiselas rayadas (Dascyllus aruanus) y cirujanos azules (Acanthurus leucosternon)

 

Un pez ballesta (Sufflamen bursa) y una hembra de Halichoeres hortulanus

 

El pez ballesta estriado (Balistapus undulatus)

 

El pez ballesta titán (Balistoides viridescens), es muy bello y común, pero también representa un peligro para los buceadores incautos. Es muy territorial y agresivo, y no duda en atacar al buceador que se acerca demasiado. Su dentadura es temible.

 

El increible y bellísimo pez picasso (Rhinecanthus aculeatus)

 

Un pez pipa (Corythoichthys schultzi)

 

El curioso pez unicornio (Naso brevirostris)

 

Un mero rojo de cola de luna (Variola louti)

 

Pez payaso de Sebae (Amphiprion sebae)

 

Un pez soldado (Myripristis murdjan)

 

Pez ángel emperador (Pomacanthus imperator)

 

Pez ángel real (Pygoplites diacanthus)

 

Un gran ejemplar de (), siendo limpiado por los lábridos limpiadores (Labroides dimidiatus)

 

Un pez de los más bellos del arrecife, el ídolo morisco (Zanclus cornutus)

 

En primer término, un grupo de orientals sweetlips (Plectorhinchus orientalis).

Detrás, un nutrido banco de ginimas (Lutjanus gibbus)

 

El último día fue muy especial. Me quedaban unas 10 fotos en la tarjeta y ya no tenía las aletas. Aunque lo dudé un poco, a las 8’30 h. de la mañana estaba en el agua. Sólo con mis gafas de bucear y la cámara. Atravesé la barrera coralina y llegué hasta el límite con el mar abierto. Me dejé llevar por la mar e intenté resumir en mi mente, en unos minutos, todo lo vivido. No lloré porque en el mar es complicado, pero quizás no lo hice porque en el fondo de mi corazón, estaba plenamente satisfecho, en paz e inmensamente feliz. Hasta siempre, Reethi. Y a ti, Maldivas, te juro que volveré tarde o temprano.

Imagen del límite con la caida vertical del fantástico arrecife del Reethi Beach, repleto de vida

 

Imagen panorámica de la zona de las water villas

 

Una nueva isla está naciendo. Desde el hidroavión

 

Un resort desde el hidroavión

 

Imagen de Male, la capital, mientras aterrizamos.

 

Despidiéndome del Reethi, el último día (foto de Oriol)

 

 

 

¡ HASTA SIEMPRE !

 


Todas las fotos han sido realizadas por mi © con una cámara digital Nikon coolpix 8800.

Las fotos submarinas han sido realizadas a pilmón libre, con una Nikon coolpix P5000 y la carcasa subamrina FP5000 de la empresa Fantasea Line.

Algunas fotografias de superficie también han sido realizadas con la Nikon coolpix P5000

Cualquier sugerencia será bienvenida a miquelpg@gmail.com